miércoles, 19 de octubre de 2011

subrealismo magico

      Desde todos los tiempos el hombre a estado inmerso en dos tipos de pensamiento; el pensamiento mágico y el pensamiento subrealista, elpensamiento lógico a servido para el desarrollo científico, pero indudablemnte el pensamiento subrealista a servido para recreación del espíritu, para la creación del arte. Indudablemente esta actividad de la psiqui se manifiesta de diferentes manera en todo el mundo, algunas de esta manifestaciones llenas de una riqueza literaria o de conseja que se inseta en las tradiciones. Dentro del territorio antiguo de México en el área llamada Mesoamerica se dio con tal riqueza que el sentimiento mágico y subrealista se mezclaron varavillosamente y en el que se pierde cuando deja de ser mágico y paasa al terreno del subrallismo o a la inversa. En este libro llamado Subrealismo Mágico está lleno de ejemplos; María Luisa, El Espectro de Juan García,pero sobre todo en Cinco Tecolote en que ambas manifestaciones se dan de manera inverosimil y que  sin dejar de ser real a cualquier lector le parecería si no un ¨´cuento¨  o una mentira, pasaría en todo caso al plano del surealismo. Parecería imposble integrar ambas formas de pensamiento y sin embargo ahí está, que no es lo mismo como sucede en el relato de El Espectro de Juan García que a partir de un fragmmento de la histopria indígena esta queda como una leyenda y que sobrevivie gracias a la existencia de una aves que parecen imitar el grito guerrero de aquel personaje; en éste caso los fenomenos naturales de una selva; sus sonidos. dan cavida para que perdure esta leyenda que no es el caso de Cinco Tecolote en la que incluso el maestro designado para la lafabetisación de aquella área custodiado con soldados se tuvo que rendir ante una evidencia de dificil explicación. Invito al lector a participar en esta disyuntiva de la realidad.

domingo, 25 de septiembre de 2011

subrealismo magico

Magia y surrealismo en el arte crea estupenda obras, aún en auqellas en que el autor quiso hacer realismo no es otra cosa al final de cuentas que un subrealismo de hermosa creación y si hay que poner ejemplo veamos los hermoso retablos de muchos de los templos católicos esparcidos en el país; verbo y gracia los ángeles, arcángeles y quirubines que de realismo no tiene nada pero de hermosa creación artísitica tiene un todo incluido el toque mágico del creador aunque sea creado por el verbo de la liturgia. Existe también en el arte de la literatura mensajes de críptica envoltura, dificil de desentrañar, que envuelve magia y subrealismo. En el cuento de Maria Luisa, de una mujer joven y hermosa de sospechosa llegada al pueblo, encierra el mensaje de que la belleza y la alegría de cierta manera está supeditada al respeto y gozo de la naturaleza y que cuando esta se pierde se pierde también la laegria de la vida y la belleza que ésta contiene. El envejecimiento del alma es también el envejecimiento del cuerpo. El surrrealismo también se encuentra en forma exajerada pero que encaja bién  en la trama en el cuento Despedida Inesperada que es en cierta manera la continuación y final del cuento o relato del Quinto Coloquio. Un hombre enamorado  de su pareja pero que sobre él dominó la necesidad de seguir en su caminata casi eterna y decide dejarla sin despedirse personalmente de ella, años después regresa a ella por el solo deseo de saber si tiene el perdón de ella por su ausencia y abrumado por las escenas vividas en ese tiempo, escenas que nada tenían que ver con lo que él buscaba e´para su aprendizaje enla vida, Pero su retorno sin él saberlo, su retorno a la casa que compartió con Daniela, su pareja se dá solo en espíritupues él a muerto en un accidente de carretera, ella, Daniela lo descubre al poco rato de dialogar con el enla sala donde acostumbraban a platicar y oir su música preferida. Eacepta su retorno y le da el perdón para que pueda descansar para su eternidad. Surrealismo puro envuelve éste relato.

jueves, 15 de septiembre de 2011

subrealismo mágico

   El subrealismo también juega un importante papel en la psique del hombre, pero sobre todo en el quehacer del artista, sea pintor, músico, escritor, sin que esto quiera decir que el resto de los hombres no tengan esta inclinación y mucho me atrevería a decir que científicos hacen uso de esta cualidad de la mente del hombre para de ahí partir hacia la búsqueda de la verdad lógica. Pero indudablemente es en los artistas que el subrealismo adquiere belleza en su manifestación. En el relato El Guardián, aparentemente su actitud está enmarcado en la cotidianidad, un romanticismo hacia su entorno, pero sobre todo el amor hacia su pareja, pero que al final del relato aparece ese subrealismo manifestado en su máxima expresión

lunes, 29 de agosto de 2011

subrealismo mágico

Subrealismo Mágico
      En las polémicas, discusiones de los eruditos, queriendo catalogar las categorías del pensamiento, se llegó a hablar de pensamiento primitivo para diferenciarlo del civilizado; no operó y siguió la búsqueda del término adecuado: Psicólogos y filósofos siguieron la ardua tarea. Se acuñó otro término: pensamiento prelógico, pero este termino no destrababa los problemas filosóficos por lo que también que tuvo que  desecharse. Hoy en día se usa el término  pensamiento mágico para diferenciarlo de pensamiento lógico y éste termino no separa los estadios culturales por los que ha pasado el hombre por la sencilla razón de que el pensamiento mágico está presente en la sociedad de cualquier época y en cualquier extracto social.
      En el mundo indígena mesoamericano, sobre todo en el actual, esta presencia forma parte o constituye una parte de su ser, los resabios  de un pensamiento dialéctico otrora en el mundo prehispánico se diluyó ante la ausencia de sus dirigentes que fueron inmolados en la conquista, hoy, el indígena de cualquier parte del territorio mexicano y de acuerdo con sus características regionales o del asomo de su religión indígena que hace simbiosis con la cristiana, se manifiesta. Por ejemplo en relato Alegoría de un Tonal, está manifestada ambas posiciones; la cristiana y la prehispánica. Dentro del cristianismo, la criatura nacida, debe llevar como primer nombre la que corresponde de acuerdo con el santoral, es decir, si nació el día de San Francisco este debe ser su apelativo principal aunque se le agregue otro; ejemplo Francisco Manuel. San Francisco será su nahual, es decir su ser protector, con los indígenas operaba de la misma manera; si nació un día Conejo o un día Viento, pero en las zonas rurales, con un cultura más limitada, al nacer la criatura, el padre salía al día siguiente y ver en las huellas que animal había pasado por su jacal y de acuerdo con esas huellas dejadas, si ésta era de una culebra el niño sería coatl, es decir culebra. Esto es parte intrínseca de un pensamiento mágico en ambas culturas.



sábado, 27 de agosto de 2011

Subrealismo mágico

En las polémicas, discuciones de los eruditos, queriendo catalogar las categorias del pensamiento, se llegó a hablar de pensamiento primitivo para diferenciarlo del civilizado; no opero y siguió la búsqueda del termino adecuado, psicólogos y filósofos siguieron con la ardua tarea. Se acuñó otro término: pensamiento prelógico, pero éste téermino no destravaba los problemas  filóficos por lo que también tuvo que deshacerse; hoy en día se usa el término de pensamiento mágico para diferenciarlo del pensamiento lógico y éste termino no separa los estadios culturales por los que ha pasado el hombre por la sencilla razón de que el pensamiento mágico está presente en la sociedad de cualquier época y en cualquier extracto social.
  En mundo indígena mesoamericano, sobre todo en el actual, ésta presencia forma parte o constituye  uan parte de su ser. Los resavios de un pensamiento dialéctico otrora en el mundo prehispánico se diluyó ante la ausencia de sus dirigentes que fueron inmolados en la conquista, hoy, el indigena de cualquier parte del territorio mexicano y de acuerdo con sus caractereísticas regionales o del aasomo de su religión antigua que hace simbioses con la cristiana, se manifiesta. Por ejemplo en el relato Alegoría de un Tonal está manifestado ambas posiciones: la cristiana y la prehispánica. Dentro del cristianismo la creatura nacida debe llevar como primer nombre la que corresponde de acuerdo con el santoral, es decir si nacio en día de San Francisco éste debe ser su apelativo aunque le agreguen otro; ejenplo Francisco Manuel..San  Francisco será su nahual, es decir su ser protector. Con los indígeaas operaba de la misma manera; si nacio un dia conejo o un dpia viento, pero en las zonas rurales. con una cultura más limitada, al nacer la creatura,  el padre salia al día siguiente que animalito habia pasado por su cabaña y de acuerdo con las huellas dejadas, si ésta era de una culebra, el niño sería coatl, es decir culebra. Esto es parte intrinsica de un pensamiento mágico en ambas culturas.




martes, 23 de agosto de 2011

A mis lectores...

Libro "Recuerdos en planos diferentes"
    En ésta serie de relatos se habla el indígena mexicano, de su espíritu, de sus inconformidades, de sus penas, de su ingenuidad –en el sentido limpio de la palabra-  ejemplo de ello en La Huida o en la Alegoría de un Tonal, que aunque en éste caso se trate de un grupo mestizo veracruzano no por ello deja de tener los remanentes del espíritu indígena aunque lo nieguen cuando ellos mismos hacen las comparaciones. También se habla de sus problemas de marginación que les ocasionan los caxlam –mestizos—que les arrebatan sus tierras. Se habla de la memoria de una herencia cultural que se trasmiten en forma oral, que en ocasiones se transforman en leyendas. La miseria de de estos grupos, casi esclavitud, ya los dibujó magistralmente B Traven en su Rebelión de  los Colgados. Los chicleros, en el Primer Coloquio, aunque no indígenas, se retrata como a finales de los años cincuenta se daba la supra explotación en las selvas mesoamericanas. Pero también se habla como la herencia filosófica del mundo mesoamericano  prehispánico –hago inca pié en lo de prehispánico puesto que la palabra mesoamericano o mesoamérica empieza a tener ahora en tiempos modernos mayor uso, pero sin que tenga el mismo contenido cultural, solo geográfico- ésta herencia aunque en diferentes formas y texturas, acompaña a algunos indígenas que se convierten en guardianes de tal sabiduría y son guías naturales de sus pueblos. Veos en el inicio, con esos encuentros, es el caso del Primer Coloquio que aparece don Lucino, como el primer indígena que me induce a algo más y seguro sin pretenderlo. Después, en el Segundo Coloquio llamada La Epístola de don Pedro, ya con mayor certeza y seguridad, habla del conocimiento filosófico que una vez tuvo el pueblo indio. Es en el Quinto Coloquio donde con mayor madurez se manifiesta la sabiduría de estos hombres. Pero no fueron los únicos, que aunque aquí solo hable de dos de ellos, los hubo y los hay en otras regiones del país. En el norte entre seris y ópatas o en Veracruz y en Oaxaca. Sería una tarea ardua y fuera del propósito de estos escritos, llevar –aunque sería de justicia- a cada uno de ellos a manifestarse como ilustración de ese conocimiento.
           Se quiso aquí también reseñar parte de un conocimiento práctico y en un área especifica; la medicina natural. Algo que se le ha pasado a los investigadores de éstas prácticas, es que ellos, los curanderos, médicos indígenas,  han alcanzado las especializaciones. Así como en la medicina moderna hay médicos generales, los hay también entre los curanderos indígenas, pero así como especialistas los hay en la medicina contemporánea, los hay también entre ellos; es decir, que hay curanderos -o chamanes sin el adjetivo de brujo según la concepción occidental- que se especializan  en problemas cardiovasculares: en El Ritual del Venado lo vemos. Verdaderos sabios que logran curaciones inverosímiles a pacientes desahuciados. Los hay quienes se dedican a la cura de los riñones, al cáncer –algunos tipos de cáncer-  o a la cura rápida de úlceras estomacales. Así un sin fin de especialistas desapercibidos, pero que ya empiezan a manifestarse en la Enciclopedia de la Medicina Natural, desafortunadamente bastante restringida en su divulgación, pues ésta solo se encuentra en internet.
           A partir de  movimiento Zapatista de los indígenas chiapanecos se ha abierto una rendija para un mayor  y mejor futuro de la divulgación de una cultura marginada. Por lo pronto ya tenemos escritores que publican en su lengua natural; maya, nahua, mixteco,  zapoteco. Creo, pronto veremos publicados otro tipo de sabiduría.
           En estos relatos se muestra un asomo de una cosmovisión cósmica.  En mi libro La Dialéctica en el Pensamiento Mesoamericano, libro estrictamente filosófico, hago una incursión de su cosmovisión –la prehispánica- que se manifestó en prácticamente todas las áreas de sus actividades, desde matemático y geómetras, arquitectos y urbanistas, artesanos y médicos, organización social que se manifestaba en su pureza en los llamados calpulis.  Y esta herencia, aunque bastante mutilada está en ellos, ejemplo de ello lo vemos en la armonía en que viven con la naturaleza. Hoy existe un ejemplo contundente de esta aseveración. Los indígenas mayas de la selva de Kalamul se han organizado, sin olvidar que viven en una época industrial, en sus respectivas comunidades y viven de lo que la naturaleza les da y restituyen a la naturaleza lo que toman. Explotan el chicle y la madera de sus bosques pero restituyen inmediatamente lo que toman; sus viveros son extensísimos y sus abonos totalmente naturales y no menosprecian la computadora y el internet. A sus hijos los van educando con el respeto a la naturaleza y la educación con los avances que la ciencia otorga. Es una hermosa toma de conciencia. Estos relatos van dirigidos al publico con la esperanza firme y segura que encontrarán la comprensión hacia estos grupos, pero en especial a ellos, que, creo, lograrán sus objetivos: la armonía con la naturaleza.


miércoles, 1 de junio de 2011

RECUERDOS EN PLANOS DIFERENTES







     Ayudado por el viento cálido del desierto sonorense, la sombra avanzaba, no perezosamente sino más bien agotada. Era una sombra  que no era proyectada por nada corpóreo, era en sí cuerpo y sombra en una sola entidad. Maza inexistente contradiciendo las leyes y normas de la dialéctica. Desdibujo de la filosofía que lo mantuvo como caminante por décadas. Fue Heródoto y fue Nigromante. Heródoto por que al igual que aquel quiso ver por sus propios ojos los axiomas de la naturaleza y las sociedades, Nigromante porque en las noches, en montañas o en alcobas charlaba con sus muertos. Planos de luz iridiscente o planos cubiertos por la atmósfera nocturna, ambas ricas de vida que se extiende a las consejas de los hombres. Orquídeas guardando el néctar  y el agua de las madrugadas. Alba que da además de su tenue luz, gotas de agua cristalina.  Eran sus vagos recuerdos en medio del agotamiento y la insolación. ¿Puede acaso una sombra tener agotamiento e insolación? Aunque fuera de lógica el ver la sombra aquella avanzar de esa manera podía asegurarse que así era. Sombra que causaba lástima. Se detuvo en un aguaje encontrado o empujado por alguien para que de sus aguas se refrescara; ella, la sombra, se diluyó en la superficie cristalina, remanso del panorama carente de petunias y rosas, pero que a cambio ofrecía rojiza flor de cactus y estas se tachonaban por cientos en sus bastas llanuras. Flor de cactus como  avanzada del fruto milagroso, para que el chamán ópata o yaqui extraiga su sabiduría, regalo del desierto que hará que el hombre practique la danza, que haga de la danza el ritual de la vida.
      La sombra diluida en ese pequeñísimo cristal líquido quiso atrapar las voces del pasado y de por allá, como salido de alguna cueva una voz fue armando palabras, palabras que al principio parecían no tener sentido ni cordura, palabras que requerían una máxima concentración para aceptar como correcta la idea expresada. Pero. ¿Quién hablaba de esa manera? ¿Quién se expresaba al parecer de manera tan críptica? Puso atención.
        -“...como se nos presenta al punto se presenta como un casi caos. Hay mucha discontinuidad en la suma total de la experiencia de lo que comúnmente suponemos. Las partes distantes del mundo físico están en todo momento ausentes de nosotros y forman objetos sumamente conceptuales...” La sombra ilógicamente se frotó la frente tratando de entender esas palabras salidas de alguien que poco a poco fue cobrando forma. Diluido al principio finalmente lo vio con claridad. Era Jesús, amigo estimado con el que se enfrascaba de continuo en polémicas de tipo filosófico y  la sombra también fue cobrando forma hasta verse sentado frente a Jesús en el jardín de su casa campestre.
       -¡Qué sandeces estás diciendo Jesús- se oyó refutar a su amigo- Lo conceptual sería en todo caso la explicación de origen y movimiento, más no lo objetos que en sí existen, tengamos o no experiencia sobre su existencia.
     -No he terminado cuate- Contestó Jesús lacónico y mordaz queriendo matizar como de buen humor la respuesta.- El núcleo objetivo de la experiencia de cada hombre- continuó Jesús- su propio cuerpo es, ciertamente, un percepto continuo y así lo es también el entorno material de tal cuerpo-. Terminando de expresar la idea Jesús se recargó en el respaldo del sillón ante la mirada de los otros tres amigos que oían la polémica de Jesús con Él. Se soslayó pensando que se había ganado un punto. Pero Él no quedó conforme y volvió a la carga.
      -Ahora quieres matizar el cierre de tu perorata con un disque cierre dialectico cuando es más sencillo decir que el percepto continuo de la experiencia del hombre está sujeto precisamente a la experiencia y explicación que se da sobre su entorno.- Jesús abrió sorpresivamente los ojos que no esperaba tal respuesta. Los tres amigos que en silencio participaban solo pudieron decir que no entendían ni madres  de lo hablaban y decidieron que era mejor volver a servirse una cubas más. Jesús y Él los aplaudieron y extendieron sus vasos para que les sirvieran una nueva cuba. La tarde y el jardín  con sus aromas de buganvilia los trasladaban a la ensoñación, pero Virgilio, uno de los amigos que participaban en la reunión y dueño de una fina ironía cuando se trataba de joder a alguien, bebiendo  de un sorbo su cuba, limpiándose con los dedos el líquido que le escurría por los densos bigotes, dijo como al desaire.
       -Bueno, amigos aristotélicos, supongo que he aprendido algo más, porque eso de la acumulación de la experiencia para explicarnos nuestro entorno, yo lo he confirmado, de una manera más objetiva y popular, es decir entendible, porque a fuerza de probar todos los mezcalitos que se venden en Oaxaca, llegué a la clara nitidez de en qué sitio se encuentran los mejores, esos que se llaman de goteo, y que son una verdadera delicia, sobre todo si se acompañan con unos gusanitos ricamente asados.
       Los cuatro restantes amigos se atacaron de risa y es que Virgilio, además de su fino humor, un buen humor que se antojaba eterno, ya que en las buenas y en las malas jamás dejaba de lado su sonrisa y la broma, gozaba de un profundo conocimiento de la filosofía popular, se entendía perfectamente con cualquier extracto de las clases populares, pero además era dueño de una cultura y conocimiento de las artes universales añadido a ello una extraordinaria memoria e intuición. Era sabido que cualquier extranjero  de extracción artística o historiador sobre todo el europeo que visitaba Oaxaca, no podría presumir de haberla conocido si no tenía una charla con él. En su casa, en Oaxaca, tenía constantemente este tipo de  visitas. Cuando Él, en algunas ocasiones estuvo en Oaxaca y caminando por sus calle en su compañía y  se topaban con algunos de ellos, era casi mágico, o traían en la memoria una descripción o fotografía de Virgilio, porque nos detenían y a Virgilio le preguntaban emocionados -¡Eres tu Virgilio!-  Virgilio socarrón se volteaba a verlo a Él diciendo –No te lo dije_ Los visitantes continuaban con su explicación. –Venimos de Alemania - o de Holanda según el caso- y unos amigos nos recomendaron buscarte, precisamente ahorita venimos de tú casa. ¡Qué suerte encontrarte! Así era esta suigeneris personalidad de Virgilio.
     ¡Cuantas ocasiones haciendo  el viaje a México desde Chiapas se desviaba a Oaxaca, con la sola idea  de estar unos días con Virgilio y oír lo que parecían grandes mentiras! Porque así eran sus pláticas, salpicadas con una verbena  de tan rico sabor que fácilmente se extraviaba de la realidad, o  se confundía entre la realidad  y la fantasía sin saber en qué plano quedaba uno  ubicado. En una  ocasión viajando con Virgilio por la sierra mixteca llegaron a una ranchería perdida en las  escabrosas inmensidades del  territorio. Después de saludar al propietario de la humilde vivienda  que los vigilaba  desde su poltrona en que se encontraba sentado cien o mas metros antes de  que ellos llegaran, Virgilio se sentó tranquilamente al lado del viejo como si se conocieran de años, él hizo lo  mismo pero no con la seguridad  del amigo.
     -Me llamo Virgilio- Se presentó, extendiéndole la mano.
    El viejo extendió también  su brazo para rozar ligeramente la mano de Virgilio que sonreía cínicamente y con enormes ojos saltones en que se adivinaba la sorpresa de la visita no esperada, muchos menos anunciada y quién sabe si deseada y sin embargo atinó a decir tímidamente: Bien venidos- refiriéndose a Virgilio y a Él que permanecía mudo.
       -Parecen pintores- continuó el viejo entrando poco apoco en confianza.
       -Yo soy pintor- contestó Virgilio sin abandonar  la sonrisa que lo caracterizaba- y mi amigo es escritor y andamos  por estos rumbos porque sabemos que se consigue un buen mezcal de goteo.
   Él se quedó sorprendido ante la tamaña aseveración de Virgilio, aunque la verdad el mismo ignoraba el motivo de esa caminata por la sierra y no era extraño ya que las más de las veces esas caminatas eran así,  sin propósito claro o plan preconcebido, eran las típicas caminatas para encontrar lo que las sorpresas les regalara, que  ciertamente muchas de ellas fueron de contenido riquísimo. El viejo se les quedó viendo rascándose el mentón y su escaso pelo blanco que se le erizaba agudo; miraba a uno y luego volteaba toda la cabeza para ver al otro un tanto incrédulo del motivo que daba Virgilio.
        -Que yo sepa, por acá no hay destilerías- les anunció inclinando ligeramente el cuerpo hacia ellos, como si esa noticia fuera  causar estragos en el ánimo de los caminantes, pero tanto Virgilio como Él permanecieron como si fueran palabras tiradas al viento. Socarronamente Virgilio desvió la plática hacia otros temas. Nada de cómo está el clima, o de qué pasó con la cosecha, o de las actitudes de los caciques  o de sus eternas miserias, que va, preguntó si aún era tiempo de los escamoles, si se podría conseguir un chumpipe. Eran preguntas más cercanas a la cotidianidad de estos hombres de la montaña. El viejo dejó a un lado su desconfianza y se enfrasco entusiasmado en la plática con Virgilio que se manifestaba maestro para acomodarse en cualquier grupo o núcleo social. Al día siguiente, después de un sencillo desayuno nos despedimos del viejo cargando cada uno una botella  de litro de un delicioso mezcal de goteo. Virgilio se había salido con la suya, pero cómo supo que ese viejo tenía un alambique casero  ¿Era intuición de él, o dueño de un finísimo olfato? la verdad, eran cosas que para Él no había respuesta.
      Diluido estos recuerdos, regresó hasta la mesa en el jardín de la casa de Jesús al lado del resto de los amigos pero sin abandonar la sonrisa que tales recuerdos a lado de Virgilio en aquellos parajes de la sierra mixteca le ocasionara.  Parecía que Virgilio había adivinado o sospechado el por qué de aquella sonrisa,  porque socarronamente y dirigiéndose a Él le preguntó a boca jarro.
    -¿De qué te acordaste cuate? Seguro de algo interesante en la que estuvimos los dos.
   -Ahora confirmo el dicho de porque  dicen que eres un genio.- Contestó Él  ya atacado de risa.
   -¿Por qué me dicen genio? Interrogó Virgilio- Pensé y siempre creí que el genio era Jesús.
   -Ambos lo son- Contestó Él atacado ya en verdaderas carcajadas.- Ambos se aparecen cuando se destapa una botella.-Los demás amigos se sumaron a la contagiosa risa de Él.-Simplemente para confirmar tu genialidad me acordé del viejo aquel de Santa Clara, que solamente por tu capacidad de genio fue que supiste que tenía alambique, pero lo más genial fue la manera que indujiste al viejo a que nos regalara ese mezcal tan rico. Pero otros fueron los ganones y lo digo por mi caso, aunque no me duele, al contrario, me da gusto, ya que el litro de mezcal que me tocó, se lo tomó mi padre en una noche en compañía de un amigo ingeniero que no dejaba de exclamar que jamás había tomado un coñac tan exquisito; mi padre no lo sacó de su error.- Los cuatro amigos volvieron al coro de risas hasta las lágrimas.
   -Pss, así es la vida- Filosofó Virgilio- Y qué bueno que lo disfrutó tu papá porque si se hubiera quedado ese mezcal en tus manos, seguro aún estaría por ahí tapadito y virgen. Esas joyas son para disfrutarlas inmediatamente.
   -Si y no te doy la razón- Contestó Él- Es cierto, ese mezcal era una verdadera joya del destilado de goteo, seguramente el viejo invirtió una semana en cada botella y por lo tanto el disfrute debería ser así, poco a poco y no en una sola noche como  lo hizo mi padre. Pero, y lo vuelvo a repetir, no me dolió y qué bueno que lo disfrutó al lado de ese amigo suyo.
      Desafortunadamente Virgilio, aquel buen amigo  y al que conoció en su tierra natal cuando llegó a ella llevando una exposición de figura humana al desnudo, se perdió en la bohemia, esa mala interpretación del abordaje del arte, en el que se pierden tantos valores tanto en el arte como en general en el intelecto. Años después se enteraría  de su muerte allá por Venezuela, país al que llegó en busca de más aventuras.
      Mientras tanto, en ese jardín, y sobre esa mesa las cubas se seguían sirviendo. Virgilio socarronamente y con  el afán de meter algo de cizaña, continuó con la broma filosófica.           -Me van a perdonar que haga uso de la dialéctica-y al decirlo volteaba a ver a Santos y a Él que adivinaban que se avecinaba una nueva broma y que los atraparía una nueva hilaridad de risa, así que esperaron sin interrumpir a que siguiera hablando Virgilio.
       -Y según se en la dialéctica existe la lucha de contrarios, que llevándolo a planos corrientes diría verdad y mentira.
      -Te vas a enredar en galimatías – Intentó interrumpirlo Jesús.
     -Déjalo que maneje a su manera la dialéctica- Intervino Él- A mi me divierte,  por el tono o la orientación tan llena de bromas, pero sobre todo sus pasajes tan inusuales y fuera de toda realidad posible.
       -¡Exacto!- Exclamó Virgilio insuflando la voz y la oración con gestos tranquilos- Lo que les voy a contar está como dice Él, fuera de toda realidad posible y sin embargo, era tangible, es decir que pese a que la realidad acusaba que no era posible, ahí estaba.
      -Lo dije- volvió a intervenir Jesús- Te vas a enredar en galimatías, pero anda, como dice Él, nos diviertes.
      -Esto no es cosa de diversión sino de sorprenderse como yo me sorprendí.
      -Ya no le des tanta vuelta Virgilio –lo apresuró otro de los amigos.
      -Fue cuando de castigo por mis travesuras en Oaxaca me mandaron a hacerme cargo de la Casa de la Cultura en Quintana Roo. En uno de esos paseos que hacíamos con unos cuates que me hice de por allá, metidos por varias horas en una de sus selvas, al quitar unos bejucos que nos tapaban la vista, nos topamos con galeón-.Esta última palabra la dijo casi en susurro sin poderse adivinar si lo expresaba así por la inseguridad o para darle más misterio a lo que relataba.
        -¿Un qué?- exclamaron en coro todos los amigos, ahora si sorprendidos por lo que estaban oyendo. De Virgilio  podría esperarse cualquier cosa. Podría inventar que estuvo en la Patagonia y platicarlo verazmente. Pero un galeón en selvas quintanarroense resultaba como apuntaba Él fuera de toda realidad posible. Jesús se rascaba la cabeza y luego su espesa barba, Alfredo mantenía la boca abierta sorprendido, Él en quietud solo mantenía un par de dedos sobre sus labios, esperando que Virgilio continuara.
      -Un galeón. Un Galeón del siglo dieciocho. Mis cuates se asustaron y como eran creyentes de embrujos y fantasmas, no quisieron acercarse, es más, me apresuraron a que nos alejáramos  inmediatamente. Así que sin averiguar más, a toda prisa nos retiramos del lugar. Jamás  comentamos este episodio a nadie, hasta ahorita que me acorde, quien sabe porqué, y lo platico sin el ánimo de que me crean. Es como dije al principio sobre el asunto de la dialéctica; una verdad que parece mentira.
       -Jesús finalmente exclamo-¡Tonterías! Creo que se te paso la mano con la yerbita.
      ¡Eso!- exclamaron casi al unísono los otros dos amigos.
      -Debió ser un Tsunami gigantesco- Dijo en voz baja Él restituyéndole algo de credibilidad a Virgilio o al menos dar pie a no negarle del todo lo platicado y mantener la puerta abierta para encontrar una explicación. Con el tiempo la visión de Virgilio se comprobaba vía la arqueología, ya que en un trabajo de campo, los arqueólogos lo encontraron, pero encontraron también un canal seco que seguramente con la ayuda de un Tsunami el galeón fue  arrastrado hasta el sitio en que fue encontrado, pero en la época en que Virgilio relataba esta visión, quedó como una hermosa mentira extraordinariamente contada, y dio pie a un sin número de bromas de los amigos, en la que Virgilio socarronamente añadió sus propias bromas.  Obviamente el hermoso galeón pintado por Virgilio, ni era tan hermoso ni tan gallardo como se adivinaba con las expresiones que acompañaba a la plática, en realidad  esa embarcación se reducía a un esqueleto sin mástiles y mucho menos huella alguna de velamen; la naturaleza y los hombres que habitaban la región se habían hecho cargo de quitarle  el señorío, si alguna vez lo tuvo. Sin embargo, sirvió para que, en una tarde, alrededor de una mesa  y amigos  como oyentes, Virgilio diera rienda a uno de sus tantos cuentos que con maestría narraba, dejando un buen sabor en su épica narrativa.
      Con lentitud armoniosa con los cantos de los insectos de ese atardecer, rebotando en ecos hacia el fondo del barranco, aspirando los aromas de los cafetos que se esparcían por toda la ladera norte de aquel barranco, que cuando cambiaba de orientación el viento aquel aroma de cafeto, cedía su lugar para que las magnolias embrujaran la charla de los amigos. Que si uno insistía, como Jesús, en la filosofía, otros, como Virgilio, se empecinaban en hacer de la dialéctica una charada, o Alfredo que no dejaba de decir que sabía que en cuanto Virgilio hablaba o era para reírse por horas o era para que se enchinara la piel con sus cuentos. Vicente se encargaba de atizar a unos y a otros, siempre cuidando de no  tomar partido, era en esencia un buen oidor que lo mismo podía, con argumentos  apoyar a Jesús, que darle la vuelta para azuzar a Virgilio o a Alfredo cuando éste hablaba de las sutilezas del espíritu, sobre todo del espíritu creador; en cierta forma  Alfredo era el místico, el que encontraba en cada mancha de una puerta de madera manifestaciones de un arte sublime, el que en cada rose de una rama con otra oía sonatas y arpegios, el que se paraba ante una barda encalada en que el tiempo y las lluvias dejaban cuadros para enmarcar y firmar. Y Vicente, trabajando como hormiga pero sin tener esa capacidad creativa, siguiendo los estilos que otros artistas creadores impactaban a la crítica, pero su alma de niño, lo mantenía en la inquietud y las aras de la búsqueda. Ese era el grupo con el que ahora, en ese momento Él convivía, uno de los tantos grupos y amigos que le habían dado su idiosincrasia. Por ahí, remotamente, otro amigo, pero éste muy lejano, en las costas de Chiapas, podía competir con Virgilio en el sabor y deleite de sus historias, aunque éstas y a diferencia de Virgilio, si eran, definitivamente, mentiras, mentiras, pero contadas de tal manera que a sabiendas de que así eran, el oyente siempre quería oír el final de la historia contada.
        Él tuvo una vez un árbol; un viejo árbol viejo pero frondoso, lo tuvo cuando por razones de trabajo vivió en las costas de Chiapas. Era un árbol al que a su sombra protectora acudía siempre a la vuelta de sus tantos viajes, sobre todo cuando por las imágenes vividas le habían producido alguna tristeza: la muerte de amigo entrañable o un amor no fructificado. Pero en sus fiebres,-fiebres casi cotidianas desde que quedó afectado por el paludismo contraído en sus rutas de selva- veía los frutos colgando en su viejo árbol, frutos inexistentes pero que en sus calenturas estas se mostraban. Las imágenes se hilvanaban y esos frutos se convertían en corazones. Corazones con su tallo y de un rojo púrpura, corazones que Él creía era los corazones de sus amigos y amigas idos de los parajes de los vivos, acariciaba esos frutos-corazones que por razones mágicas y místicas sabía a quién pertenecía cada uno de ellos. Con actitud panteísta, dialogaba con cada uno de ellos, palabras tiernas o polémicas según a quién perteneciera el corazón-fruto. Descubrió, en otra de las ramas de su viejo árbol, otro corazón-fruto al que identificó de inmediato como el que palpitó dentro del cuerpo de su amigo Romeo, el más mentiroso de los mentirosos y al tiempo el más ameno, el que dominaba el arte de la conversación, el que mantenía en la hipnosis a sus oyentes, fuesen amigos gobernadores o simples pescadores.    Y si las fiebres se prolongaban por más de dos días, él creía ver que de los corazones caían gotas de sangre; Veía caer esas gotas en lentitud pasmódica, caían pero no se estrellaban en la tierra, sino que penetraban en ella, como semilla que se disponía a germinar.  Él se imaginaba tener en la mano una coa y al estilo del chamán o del tlacuilo se aprestaba a la reencarnación del amigo, si no como mariposa o estrella como era de suponer, tal vez, en alguna otra cosa o forma por Él apreciada. Cuando salía de esas fiebres, lo primero que hacía era correr a ver a su viejo árbol y constatar que ese su viejo árbol carecía de frutos y que su único privilegio consistía en darle paz cada vez que él lo necesitaba sentado bajo su refrescante sombra. Ahí, se fumaba más de un cigarrillo y siempre con la mirada extraviada en los recuerdos o siguiendo con la vista las volutas de humo, que lánguidas se iban a mezclar al ramaje de su viejo árbol.
    Un, digamos salud, lo sacó de esos recuerdos. Los amigos, reunidos en el jardín de la casa de Jesús, le extendían su vaso servido generosamente.
     -¿Quién es ese Romeo del que murmurabas algo? – Preguntó Alfredo. Él se dio cuenta que su ausencia y traslado a los recuerdos, no había sido totalmente en silencio.
      -Un buen amigo de Chiapas, el único que podría competir con Virgilio. Nada más que este amigo si relataba verdaderas mentiras, es decir, cuando se lo proponía. Era un verdadero personaje y conocido en todo el Estado; amigo de gobernadores y caciques, diputados, periodistas, o simples pescadores; buen buceador, que un día se atrevió a decir que había buceado con Jean Cousteau, más bien, que Jean Cousteau había ido a bucear con él.  Y sus mentiras eran de tal envergadura y veracidad que era fácil caer en la trampa. A mí me tocó ser protagonista de uno de sus cuentos e incluso le agradecí a algo que no hizo, es decir, hizo, pero solo parcialmente y en intenciones.
     -Cuenta- Intervino Virgilio como queriendo conocer a su contrincante.
     -Pues ahora si me entusiasma esta historia- Abundó Jesús.
    -Es a partir del alzamiento Zapatista. A los dos días de su alzamiento fueron  lanzadas tropas paracaidistas en lo que se suponía estaba el centro de la rebelión; mi hijo Jorge era uno de ellos y con el grado de cabo tenía una docena de hombres bajo su mando. El me platicó unos días después que estando enredados entre las ramas de grandes árboles, apareció un helicóptero artillado y empezó a dispararles; con su radio, les gritaba que pararan fuego, qué eran ellos, pero la tropa aérea seguía disparando. Afortunadamente ninguno de sus hombres salió herido. Cuando él me platicó ésta  desventura, yo estaba bastante indignado: ¡Qué haces ahí! Recuerdo que le grité. Lo se papá, pero  te aseguro que a la primera oportunidad me doy de baja. Pocos días después se le presentó ésta oportunidad. Cuando me lo comunicó yo estaba en Chiapas y me reunía todos los días con mi amigo Romeo al que ya le había platica la aventura de mi hijo. Romeo también estaba muy indignado por lo que estaba pasando: ¡Pinche gobierno!- despotricaba- Como se atreve  a tratar a si a su pueblo; indios y tropa es pueblo. Son unos asesinos.-Y lo oían sus amigos de todos los niveles. Recuerdo que antes de regresar a México le había encargado ayudara a mi hijo, ya que su hermano de crianza era en ese momento Secretario de la Defensa. A mi hijo Jorge le avisé si iba a Tonalá no dejara de visitar a Romeo que le ayudaría si tenía problemas. Una semana después Jorge me habló por teléfono a México y me avisó que había estado con Romeo y que se había portado estupendamente en cuanto se presentó y le dijo quién era; un verdadero banquete le regaló. Y aquí viene lo bueno y divertido de esta historia- Hizo un breve silencio que fue aprovechado para beber de los vasos esas ricas cubas, pero todos mantenían la mirada sobre Él que gustaba de la expectativa y suspenso de los amigos.
        -Dos meses después tuve que ir a Chiapas, obviamente no podía dejar de visitar a Romeo. Sentados, con las cervezas al frente y un grupo de amigos de Romeo que lo visitaban, el  continuó con un platica después de saludarme que al parecer había sido interrumpida con mi llegada.
       -Qué bueno que aquí estás, para que confirmes  delante de mis amigos lo que estoy platicando- Me intrigó indudablemente saber de qué se trataba y que requería que yo lo confirmara. Romeo continuó.- Y la tropa aérea, desde los helicópteros  disparaba a los paracaidistas. –Caí en cuenta que hablaba de mi hijo Jorge y el levantamiento zapatista- A pesar que Jorge, el hijo de mi amigo aquí presente, que era teniente- ya lo había subido de grado- les gritaba que dejaran de disparar no hacían caso y seguían disparando. Era obvio que el gobierno quería muertos entre su tropa para justificar una intervención mayor y acabar con el levantamiento. ¡Pinche gobierno de mierda!- Pareció concluir Romeo, pero aun faltaba lo más picante de la historia.
      -Aquí mi amigo presente- cuando dijo esto  la docena de amigos presentes picaron con su mirada mis ojos, yo sonreí,- no me dejará mentir, pues ese teniente paracaidista del que les hablo, es su hijo. Mi amigo ya me había avisado  que si acaso su hijo aparecía por acá, lo ayudara. Pues un día por la mañana, apareció un muchacho, alto, y muy flaco, sin peinar, con la ropa desgarrada, descalzo casi sangrando los pies, sucio y se notaba, muy hambriento. Cuando preguntó si yo era Romeo inmediatamente adiviné que era el hijo de mi amigo aquí presente. ¿Y tú eres Jorge verdad? Pregunté a mi vez. Ya que me lo confirmó,  inmediatamente le ordené a mi cocinero Arce preparara bastante comida para este hambriento muchacho y  mientras el comía,  ordené a uno de mis empleados que se fuera a la ciudad a comprar un par de mudadas y un par de zapatos. Mientras el muchacho comía, yo sentado a su lado me decía para mis adentros: A que extremos llega un elemento de tropa, sobre todo de élite, que prefiere la mancha de la deserción con tal de no matar indios inocentes. Así llegó tu hijo y como tú me lo recomendaste, lo traté como hijo mío.- Después de éstas palabras Romeo guardo silencio y todos los ahí reunidos consideramos que había terminado su relato.
        -Y siempre te estaré agradecido por lo que hiciste por él- terminé por decirlo sinceramente, y no porque esa hubiera sido la verdad, por qué  en el fondo esos hubieran sido sus actos. -El resto de los amigos  con gestos de admiración, creyeron  en él y jamás hubo intención de mi parte de desmentirlo. Además de convincente la relación  estuvo salpicada de picardía no expresada, pero que se veía en las pausas que a propósito imponía, sobre todo en la crítica política al Estado y el mal gobierno sin importar que dentro del sistema tuviera compadres, amigos e incluso hermano. Como el caso del Secretario de la Defensa.
       -Ese fue mi amigo Romeo les dijo a Jesús, Alfredo, Vicente y Virgilio  que habían permanecidos callados.
         -Pues si que se lleva fácilmente a Virgilio-  dijo Jesús ya con La risa en la boca
         -Está grueso,-murmuró Alfredo.
          -Puessss, te diré- empezó a decir Virgilio, pero tuvo que callarse cuando los cuatro amigos se atacaron de risa.
         Los cinco amigos siguieron en las charadas, incluso Jesús, de la filosofía intentó hacer un par de bromas, pero la picardía en él estaba vedada, esta se encontraba con tanta naturalidad en Virgilio. Alfredo, con el aborrega miento que se pintaba en el firmamento empezó a encontrar escenas que tarde que temprano irían a quedar plasmadas en sus lienzos: y los empezó a describir con la maestría que lo caracterizaba. Él se sumergió en su mutismo  enredado en sus recuerdos.
      El agua del aguaje inició un vibra miento; quizás una tortuga del desierto se sumergía en el para refrescarse o para beber, o tal vez una de las tantas higuanas cornudas que habitan  en estas bastedades hacía los mismo. La sombra se incomodó por la llegada de esos intrusos y decidió salir de ella para continuar su camino.
      Arrastrándose se aproximó a La Estancia. Allí, en el portón de entrada un hombre vestido de blanco parecía esperarlo. Conforme la sombra se acercaba se iba irguiendo y cobrando forma. Esta forma se pintó como la de un hombre envejecido, desaliñado, abatido, con una profunda tristeza enmarcada en el rostro.
      -No se que te causa más tristeza, si tus dolencias o lo que dejas en el pasado reciente- Le dijo el hombre vestido de blanco a manera de saludo.
       -Me dijeron que tu restaurarías mi corazón roto- Dijo la ya no sombra contestando al saludo.- Me pongo en tus manos.
       El hombre vestido de blanco le tendió la mano casi arrastrándolo con él hacia el interior de la Estancia. Ese hombre vestido de blanco se llamaba Frías, y  era un chamán con título universitario  que estaba dispuesto, con mano de artista  a restaurar el desastroso daño, su ciencia se humanizaba con la herencia de un conocimiento indígena que sobrevivía y con ello sanar a hombres como a esa sombra que quería retornar para entregarse por completo a su compañera.
       Noventa días después, la ya no sombra convertida en un hombre risueño y un cúmulo de proyectos, se despedía del hombre vestido de blanco llamado Frías en el portón de La Estancia con un profundo agradecimiento a ese chamán que quedaría en el registro de su eterno agradecimiento. El sol del verano calentando al extremo las tierras sonorenses se fue quedando en un pasado que por siempre sería para Él un presente.

                                Coacalco Méx- Banabichi Sonora Mayo 2011
                                                                      Alfonso Pérez Valdivia.